Seguridad multimedia: inteligencia artificial para combatir el fraude digital

 

La edición de imagen no es algo que haya nacido de forma repentina con el programa que Thomas y John Knoll bautizaron con el nombre de Photoshop, sino que es un proceso inherente a la propia invención de la fotografía. A medida que las técnicas fotográficas se fueron perfeccionando, tanto aficionados como artistas comenzaron a manipular imágenes con distintos fines, como crear efectos humorísticos o mejorar la calidad de las fotografías. Posteriormente, estas modificaciones empezaron a tener fines más variopintos, como la generación de efectos fantasmales o retoques por parte de la industria publicitaria para mejorar el mensaje que querían transmitir.

No tardaron en llegar las ediciones fotográficas con fines fraudulentos. A la historia han pasado casos como el ‘photoshop-soviético’ de Lenin y Stalin, donde aprovecharon estas técnicas de forma fraudulenta para “inmortalizar” reuniones que nunca tuvieron lugar o borrar a sus opositores políticos de los registros históricos. También existen casos más recientes, como el lanzamiento de misiles publicado por la agencia iraní de noticias Sepah News.

 

Edición multimedia hoy: manipulaciones casi imperceptibles

Actualmente, existen múltiples herramientas de edición que hacen que la manipulación de imágenes resulte una tarea extremadamente sencilla, dejando al alcance de cualquiera la posibilidad de falsificar imágenes y documentación con fines malintencionados. El uso de imágenes digitales como evidencias en juicios o el soporte para argumentaciones científicas son claros ejemplos de que no sólo se necesita identificar la propiedad de la documentación, sino que es crucial asegurar su autenticidad.

Como solución a esta necesidad cada vez más patente, aparecen los primeros métodos de análisis forense digital, el Digital Signature de Whitfield Diffie y Martin Hellman en 1976 o el Digital Watermarking de Andrew Tirkel y Charles Osborne en 1992, que permiten verificar la información a partir del propio contenido multimedia. Por otra parte, también aparecen los métodos ciegos o pasivos que no interfieren en el proceso de generación de la imagen, asumiendo que el contenido original posee patrones inherentes al propio proceso de creación o contenido. La alteración del contenido altera a su vez estos patrones, generando en la imagen inconsistencias detectables.  

En Gradiant llevamos años trabajando en este tipo de técnicas de forma combinada, con el fin de garantizar la autenticidad de las imágenes y documentos digitales de una forma confiable y cómoda. Nuestra herramienta Valida by Gradiant –desarrollada en colaboración con atlanTTIC, el centro de investigación TIC de la Universidade de Vigo- analiza imágenes JPEG y archivos PDF con el fin de detectar posibles falsificaciones en ellos, mediante técnicas forenses basadas en inteligencia artificial. Nuestro objetivo es ofrecer a empresas como bancos y aseguradoras un nivel extra de seguridad en sus procesos online en los que el cliente tiene que presentar algún tipo de documentación digital, como una fotografía de su DNI, una nómina o una factura sin acudir físicamente a una oficina.

 

Especialmente diseñado para procesos de KYC en banca, insurtech y gambling

Pero no sólo el sector financiero necesita verificar documentación de forma rápida y segura. Cada vez más negocios nacen 100% digitales y otros más tradicionales se están incorporando al mundo digitalizado, pero es altamente probable que todos ellos necesiten verificar la identidad de sus clientes de una manera remota. El reconocimiento facial se posiciona como una de las técnicas más confiables para incorporar a los procesos de registro de usuario, tanto para dar de alta a nuevos clientes como para proporcionar acceso seguro a datos personales en procesos de onboarding digital (identificación electrónica del cliente que permite la contratación remota de productos y servicios).

Además, las entidades bancarias tienen la obligación legal de conocer la identidad de sus clientes tal y como exige la cuarta Directiva europea contra el blanqueo de capitales, para cumplir con los requisitos de Know Your Customer (KYC) y Anti-Money Laundering (AML). Esta directiva europea tiene como objetivo último prevenir problemas como la corrupción, financiación ilegal, blanqueo de capitales, entre otros, para combatir las transacciones ilegales en el ámbito digital.

Otros sectores a los que estas soluciones pueden resultar interesantes son gambling –para comprobar que la imagen del DNI no ha sido manipulada y comprobar que el usuario tiene la edad necesaria para acceder a estos servicios–, sharing economies, –en los que existe una transacción digital entre al menos dos personas–, dating, telcos, seguros, e-commerce y hoteles.

Para todo ello, en Gradiant contamos con soluciones de verificación biométrica de que se presentan como una alternativa completa para garantizar la seguridad a través de la identificación de la cara, firma o voz del cliente; así como para evitar el fraude en archivos digitales.

 

 


Autor: Diego Pérez Vieites, responsable técnico de Seguridad Multimedia en el área de Información Multimodal de Gradiant