Tecnólogas del siglo XXI: Inés Ortega

Damos la bienvenida a octubre presentándoos a nuestra nueva compañera, Inés Ortega. Mochilera en su tiempo libre y tecnóloga por vocación, esta vianesa considera fundamental el papel de la educación para despertar el interés por la tecnología en las nuevas generaciones y no perder el talento femenino por el camino.

Tras cursar y graduarse en Ingeniería Informática y en el máster en Ciberseguridad, Inés iniciaba en 2018 su carrera profesional como ingeniera de software en Microsoft para dedicarse al procesado de datos de telemetría de Windows y evaluar la calidad del sistema operativo.

Tras decidir redirigir su carrera hacia el ámbito de la seguridad informática, la ingeniera se incorpora a Gradiant e inicia inicia este año su doctorado en Tecnologías de la Información y las Comunicaciones en la Universidad de Vigo. Mientras tanto, disfruta de sus grandes aficiones: la música, el turismo y la fotografía. En esta entrega de Tecnólogas del siglo XXI la conocemos un poco más.

 

¿A qué querías dedicarte cuando eras pequeña?

Suena a tópico, pero quería ser astronauta.

 

¿Por qué te decidiste por la tecnología?

La verdad es que la decisión la tomé en el instituto, gracias a varios profesores que me animaron a experimentar, leer y aprender sobre informática, comencé a programar y a enredar con ordenadores en mi tiempo libre y… ¡hasta hoy!

 

¿En qué estás trabajando actualmente (en Gradiant)?

Trabajo en el área de Seguridad y Privacidad, dentro del proyecto CONGALS4.0, desarrollando software para la detección de ataques y vulnerabilidades en entornos industriales.

 

¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?

Lo que más me atrae es la oportunidad de trabajar con diferentes tecnologías, y aprender cosas nuevas casi a diario. No hay dos días iguales, y eso ayuda a mantener la concentración y la motivación.

 

¿Quién es tu referente femenino en el mundo la tecnología?

Es difícil escoger. No porque no existan mujeres en el ámbito de la tecnología, sino porque todas las figuras que estudiamos desde pequeñas son masculinas. Por ejemplo, creo que durante el instituto estudiamos a Marie Curie y poco más. Acabas buscando referentes por ti misma, pero cuando ya tienes decidido dedicarte a la tecnología. Estamos llegando tarde y perdiendo talento femenino por el camino.

No tengo un referente concreto en el mundo de la tecnología, pero sigo el trabajo de varias mujeres como Nerea Luis Mingueza o Soledad Antelada.

 

¿Cómo imaginas tu carrera en el ámbito tecnológico? ¿A dónde te gustaría llegar?

Honestamente, no lo sé. Pero tengo claro que quiero seguir aprendiendo y formándome cada día, y para eso el ámbito tecnológico es perfecto. Los retos a los que nos enfrentamos son muy cambiantes y la tecnología avanza, por lo que los profesionales también tenemos que adaptarnos.

 

¿Qué les dirías a aquell@s que están pensando en escoger la rama tecnológica de cara a sus estudios?

¡Que non tengan miedo! No es fácil tomar la decisión de estudiar una carrera técnica, pero el esfuerzo merece la pena. Que no piensen que las que nos dedicamos a la tecnología vivimos en una burbuja fuera de la realidad. Nuestro trabajo tiene un impacto directo en la vida de las personas. Es una profesión muy agradecida en ese sentido.