Mujeres tecnólogas: Katherine Johnson

Esta semana en Mujeres Tecnólogas, hacemos un recorrido por la vida de uno de los símbolos de superación de barreras tanto raciales como de género en el mundo de la ciencia y tecnología. Os contamos la historia de Katherine Johnson, artífice de los cálculos matemáticos que hicieron posible el primer aterrizaje de un hombre en la Luna en el 1969. ¿Quieres saber más? ¡Sigue leyendo!

 

¿Quién es Katherine Johnson?

Katherine Johnson fue una matemática, física y científica espacial estadounidense conocida por sus contribuciones en el campo de la aeronáutica y sus programas espaciales que trabajó 35 años para la NASA ayudando con sus cálculos en la consecución de los primeros vuelos espaciales tripulados del país.

 

Apuntes biográficos

Creola Katherine Johnson nació el 26 de agosto de 1918 en Virginia, Estados Unidos. Debido a las leyes de segregación en el Estados Unidos de la época que no permitían a los afroamericanos estudiar más de octavo curso en su condado natal, su familia decidió mudarse a Institute, para que sus cuatro hijos pudieran ir a un instituto para afroamericanos.

Katherine se graduó en la escuela secundaria y con quince años ingresó en la Universidad Estatal de Virgina Occidental, donde contó con el apoyo de varios profesores especializados en las matemáticas y química. Johnson finalizó la universidad con 18 años especializada en matemáticas y francés. Además, fue la primera mujer afroamericana en terminar con la segregación en la Universidad de Virginia Occidental y se convirtió en una de los tres estudiantes afroamericanos, siendo ella la única mujer, seleccionados para realizar un postgrado tras el fallo de la Corte Suprema de Estados Unidos en 1938. El tribunal dictaminó que la educación superior pública debería dar las mismas oportunidades a estudiantes blancos y negros. Poco después se mudaría a Maron, Virgina, para dar clases de matemáticas, francés y música en una escuela pública para afroamericanos. Años después, en su autobiografía recuerda episodios de racismo y discriminación en la ciudad.

En el 1939 se casó por primera vez, lo que la llevó a dejar la docencia para matricularse en un programa de postgrado en matemáticas, que abandonaría posteriormente al quedarse embarazada. Más trade decidió continuar su carrera en el mundo de las matemáticas, a pesar de ser un campo de difícil acceso para los afroamericanos y también para las mujeres. Retomó la enseñanza hasta que en 1952 un familiar mencionó que el Comité Asesor Nacional para la Aeronáutica (NACA, después convertido en NASA) estaba contratando a mujeres blancas y afroamericanas para trabajar en el Departamento de Guía y Navegación en el Centro de investigación de Langlkey, Virginia.

De este modo, Jonhson trabajaría entre 1953 y 1958 como ‘calculadora humana’, realizando cálculos y leyendo datos de las cajas negras de los aviones, supervisada por la matemática Dorothy Vaughan. La separación racial y de género seguía vigente por aquel entonces, por lo que las mujeres afroamericanas del grupo de computación trabajaban, comían y tenían los servicios separados. Además, su oficina estaba etiquetada como Colored Computers.

En 1958, la agencia se convirtió en NASA y se empezaron a utilizar computadoras digitales. A partir de ese momento y hasta su jubilación en 1986, Katherine trabajó como tecnóloga espacial en el área de Controles de Naves Espaciales. Formó parte del equipo que calculó la trayectoria del vuelo espacial de 1961 de Alan Shepard en la cápsula Freedom 7, el primer hombre estadounidense que llegó al espacio. Un año después fue convocada para verificar datos de la computadora que calculaba el vuelo orbital de John Glenn alrededor de la Tierra. Fue el propio Glenn el que pidió que Johnson verificara los datos a mano, ya que no se fiaba de las computadoras digitales.

En sus últimos años trabajando siguió calculando trayectorias de vuelo, como la del Apolo 11, primera misión tripulada de la historia capaz de lograr que un ser humano llegara a la Luna en 1969. También participó en la misión del Apolo 13, para la que desarrolló un sistema de observación de una estrella que permitía a los astronautas determinar su ubicación y que ayudó a la tripulación a regresar a la Tierra. Finalmente, formó parte del Programa del transbordador espacial, el satélite de recursos de la Tierra y participó en los planes para una misión de exploración a Marte.

Tras su jubilación siguió dando charlas y realizando actividades para dar visibilidad a la ciencia y dar a conocer a los más jóvenes las oportunidades y salidas que tenían las matemáticas.

 

Legado en el sector tecnológico

Los avances en los ámbitos de la ciencia espacial y la computación han convertido a Katherine Johnson en un referente para la sociedad. Según la propia matemática, su aportación más destacada en la exploración espacial fueron los cálculos que ayudaron a sincronizar el Módulo Lunar del Proyecto Apolo con el Módulo de Comando y Servicio en órbita lunar. Sus cuentas ayudaron a que el aterrizaje en la Luna fuera un éxito. Asimismo, su integración en un trabajo compuesto en su gran mayoría por hombres, permitió abrir y allanar el camino para las mujeres en campos relacionados con la aeronáutica.

 

Curiosidades

A lo largo de su vida recibió muchos galardones de diversas entidades. Entre el 1967 y 1986 la NASA reconoció sus trabajos con seis premios y nombró dos instalaciones con su nombre. En 2015, a los 97 años, el presidente Barack Obama le concedió la Medalla Presidencial de la Libertad, el más alto honor civil de Estados Unidos.

El trabajo de las mujeres afroamericanas trabajadoras de la NASA fue llevado a la pantalla grande en 2016 con la película Figuras ocultas, donde Taraji P. Henson encarnó el papel de Katherine.