Comunicaciones de emergencia en el mar

Llevamos utilizando el mar para transportar mercancía desde hace milenios. Actualmente nos podrá parecer un método anticuado si lo comparamos con el transporte ferroviario o aeronáutico, pero sigue siendo una forma de transporte fundamental en la economía mundial. En general, las actividades económicas que se desarrollan en el mar parecen tener una componente tradicional muy marcada ¿Serán las telecomunicaciones marítimas un caso similar? ¿Hay cabida para la investigación, el desarrollo y la innovación en este campo? Vamos a repasar por encima qué existe actualmente en las comunicaciones marítimas, centrándonos en el campo de la seguridad, a ver qué encontramos.

Desde finales del siglo pasado ya no se utiliza el código Morse en las comunicaciones de emergencia. Todos tendremos en la cabeza el hundimieto del Titanic y puede que algunos nos estemos imaginando al operador de radio con el «pi pi pi, piii piii piii, pi pi pi». Justamente a raíz de esa catástrofe, año 1914, el IMO creó el Convenio Internacional para la Seguridad de la Vida Humana en el Mar para grandes buques, conocido por sus siglas en inglés «SOLAS» . El sustituto del Morse engloba protocolos de comunicación, equipamiento y procedimientos de salvamento en general y se llama GMDSS, de «Global Maritime Distress Safety System», basado también en comunicaciones vía radio. El GMDSS intenta automatizar en lo posible la comunicación de emergencias dentro de un barco y facilitar las tareas de búsqueda y salvamento. A continuación veremos algunos elementos interesantes de este sistema. Uno de los sistemas del GMDSS es el llamado «Digital Selective Calling» o DSC, en castellano se denomina «Llamada Selectiva Digital». Las comunicaciones entre barcos y de barcos con las estaciones en las orillas se desarrollan en bandas VHF, recordemos que estas frecuencias permiten grandes coberturas con relativamente poca potencia, en concreto entre 156 y 174 MHz. Esta banda se divide en canales de voz que utilizan los barcos de una forma parecida a los radioaficionados, se sintoniza el canal y se habla a quien escuche. Entre estos canales hay que destacar el canal 16, 156.8 MHz, que es el canal específico para enviar señales de socorro. Partiendo de este sistema el DSC consiste en reservar un canal, el 70, para comunicaciones digitales, basado en una codificación FSK y un protocolo asíncrono muy sencillo que no permite grandes anchos de banda, y define un número limitado de mensajes más un número de identificación único para cada barco, digamos su número de teléfono. Los mensajes pueden ser del tipo «me gustaría hablar con el número XXXXX por el canal YY», de forma que se permite iniciar una comunicación de voz acordando el canal de forma automática. También están recogidos mensajes del tipo «soy XXXXX, tenemos un problema del tipo YYYYY y estamos en las coordenadas AAAAA BBBBB a la hora CC:CC» donde la comunicación de voz pasa al canal 16. Se pueden encontrar radios portátiles o fijas con este sistema. ¿No parece que se podría ampliar o mejorar de varias formas el DSC? Otro dispositivo perteneciente al GMDSS es el EPIRB, del inglés «Emergency Position-Indicating Radio Beacon» o radio-baliza de emergencia indicadora de la posición. Se trata de una pequeña boya que lanza una señal de socorro al activarse, habitualmente cuando ésta cae al agua. Tradicionalmente se venía usando un canal centrado en los 121.5 MHz que emitía una señal analógica parecida a una sirena en radiofrecuencia. La idea es que, en caso de estar lejos de la costa, esta señal fuera captada por una red de satélites o aviones comerciales que pasaran por encima y que triangularían la posición del dispositivo. Actualmente estas balizas también transmiten a los satélites un código digital en los 406 MHz con un identificador de la baliza y, si está disponible, la posición sacada de un GPS integrado. Este nuevo sistema ha reducido drásticamente el número de alarmas falsas, uno de los grandes problemas del método analógico. El problema sigue siendo la localización exacta de la boya. En el caso de no tener GPS la localización se hace calculando la desviación de la señal producida por efecto Doppler, lo que representa un error de unos pocos kilómetros. En el caso de tener GPS, el mensaje que envía la boya tiene una longitud limitada, por lo que no se puede enviar toda la información GPS y el error aumenta a unos 125 metros. ¿Se podrían añadir funcionalidades extra a este dispositivo? Por último comentar el sistema NAVTEX. Se trata de un sistema de TELEX para barcos por el cual estaciones base en la orilla transmiten información a navíos que estén en un radio de hasta 300 millas náuticas. Una vez más, se utiliza la banda de VHF. En este caso se usa un canal en los 518 KHz para enviar información en inglés y otro en 490 KHz para enviar mensajes en el idioma local. Los barcos tienen un equipo escuchando en estos canales que imprime los mensajes que van llegando. Estos mensajes contienen predicciones del tiempo y mensajes de emergencias o alertas en la zona, como por ejemplo de presencia de bloques de hielo… ¿A quién le habría valido esto último?