Tecnólogas del siglo XXI: Raquel Román 

Raquel Román Sarmiento

En las entradas de nuestro blog ‘Tecnólogas del Siglo XXI’ entrevistamos a nuestras compañeras para conocer qué o quiénes inspiraron su vocación, así como los proyectos en los que trabajan. De esta forma, las futuras tecnólogas pueden verse reflejadas y motivadas por sus historias; además, damos visibilidad a las mujeres que investigan las tecnologías que hacen de Gradiant un centro de referencia en el panorama nacional. En el caso de Raquel Román, ingeniera-investigadora de Telecomunicaciones y máster en Computer Vision, fue su temprano interés por la tecnología lo que la llevó a decantarse por esta carrera. No obstante, entre las profesiones que le llamaron la atención de niña y adolescente estaba la de criminóloga y justo el trabajo que desarrolla en Gradiant tiene algo de detectivesco ya que investiga para detectar fraudes y falsificaciones, en concreto en las imágenes en la unidad mixta GICTEL. Raquel Román, consciente de las implicaciones sociales y económicas que tienen o pueden llegar a tener las deepfakes, considera que su labor en este proyecto es muy gratificante.

 

¿A qué querías dedicarte cuando eras pequeña? 

Nunca tuve claro qué quería hacer de mayor; pasé por varias fases en las que quería ser desde profesora hasta criminóloga o médica. Al final con los años vas descubriendo cuáles son las cosas que te gustan y las que no, hasta que encuentras a lo que te quieres dedicar.

 

¿Por qué elegiste la tecnología? 

Siempre tuve interés por todo lo relacionado con la tecnología, es algo que me llamaba la atención ya de niña. En el colegio siempre escogía asignaturas dentro de la rama de ciencias que estuvieran relacionadas con la tecnología, aunque para mi gusto eran pocas. No fue hasta Bachillerato que decidí decantarme por estudiar Ingeniería de Telecomunicaciones. 

 

¿Dónde te planteaste hacer la carrera? ¿Por qué? 

Al descartar otras carreras tecnológicas que no me interesaban tanto, decidí estudiar Ingeniería de Telecomunicaciones en Vigo principalmente por proximidad.

 

¿En qué estás trabajando actualmente? 

Actualmente estoy trabajando dentro del grupo GICTEL en un proyecto para la detección de deepfakes en videoconferencias, centrándome en la parte de detección en vídeo usando deep learning. Los deepfakes se están haciendo cada vez más populares y se está llegando a un punto en el que es difícil distinguir si el vídeo que se está viendo es real o no. Las técnicas de generación son cada vez más sofisticadas por lo que también me parece importante que lo sean las de detección, para evitar fraudes o desinformación.

 

¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?

 Al estar investigando y tratando con tecnologías actuales, me gusta que con cada proyecto en el que trabajo aprendo algo nuevo. También destaco la libertad de poder proponer ideas y el buen ambiente de trabajo en Gradiant.

 

¿Quién es tu referente femenino en el mundo de la tecnología? 

Sinceramente nunca he tenido un referente en el mundo de la tecnología. También es cierto que siempre se ha hablado del papel del hombre en el ámbito tecnológico dejando en la sombra nombres de muchas tecnólogas que han aportado grandes descubrimientos a la sociedad.

 

¿Qué lectura haces de la situación de la mujer en tu ámbito? 

Aunque en los últimos años se ha dado algún paso, creo que todavía queda mucho por hacer para que el papel de la mujer en la tecnología sea reconocido como debe ser. Desde mi experiencia nunca había sido consciente de la brecha de género existente, nunca consideré que las carreras de tecnología fueran “para hombres”. Por eso, cuando llegué a la universidad me sorprendió bastante ver la gran diferencia entre el número de hombres y mujeres que había en clase, tan solo éramos 10 chicas de los 60 alumnos.

 

¿Qué le dirías a l@s tecnólog@s del futuro? 

Les diría que si tienen ese interés por la tecnología no lo duden y que estudien lo que quieran sin dejarse llevar por presiones o prejuicios. Después de todo, el trabajo ocupa gran parte de nuestras vidas y merece la pena poder trabajar en algo que te gusta. Además, es muy gratificante ver que lo que haces puede tener un aporte a la sociedad.