Tecnólogas del siglo XXI: Andrea Rodríguez Blanco

 

Este mes en la sección Tecnólogas del s. XXI hablamos con nuestra compañera Andrea Rodríguez. Natural de León, Andrea estudió Ciencias Físicas en Oviedo, La Laguna y la University College London. Este 2021 llegó desde la University of California, Berkeley para trabajar como responsable de Tecnologías Cuánticas en Gradiant, puesto que compagina con la realización de su tesis doctoral sobre información y computación cuántica con iones atrapados.

Amante del senderismo, la naturaleza y el deporte, esta leonesa que ha viajado por todo el mundo gracias a su formación, disfruta en tu tiempo libre de la lectura y escritura sobre historia medieval y ciencia ficción.

 

¿A qué querías dedicarte cuando eras pequeña?

Desde pequeña hasta los 17 años tenía bastante claro que quería ser médico. Sin embargo, en segundo de bachillerato tuve la opción de cursar la asignatura de física de forma propia, es decir, no la física y química que se ve en cursos anteriores, sino profundizando en muchas más áreas de la física y así motivada fundamentalmente por el campo de la astrofísica, me decanté por físicas.

 

¿Por qué elegiste la tecnología?

La razón por la que escogí Física es porque me permitía entender como funcionaba la naturaleza desde el mundo microscópico hasta el cosmos. La física es una ciencia experimental por excelencia y debe ir siempre ligada a experimentos que permitan verificar las teorías. Por lo tanto, la física siempre ha estado estrechamente ligada al desarrollo de nuevas industrias tecnológicas. Por un lado, de un mayor entendimiento surgen nuevas tecnologías como fue con el desarrollo de la teoría de los semiconductores. Esta dio lugar a la creación de los primeros transistores y de ahí toda la era de la información hasta nuestros días. Pero, por otro lado, un mayor conocimiento de nuestro mundo, requiere desarrollar nuevas tecnologías que nos permitan descubrir partículas subatómicas como con los aceleradores del CERN u ondas gravitacionales con interferómetros kilométricos como el LIGO.

 

¿Dónde te planteaste hacer la carrera? ¿Por qué?

No tenía ningún sitio en particular de referencia, pero sí que prefería en una ciudad pequeña. De aquella se entraba en Físicas con un cinco y en los sitios que estudié en España, tanto en Oviedo como en La Laguna no pasábamos nunca de 30 alumnos en clase (¡tirando por lo alto!). Así que fue realmente un lujo estudiar en una ciudad pequeña, eran casi clases particulares. Pero si que considero, que luego para especializarte, uno debe buscar un lugar donde haya un mayor número de investigadores en el área que más nos interese.

 

¿En qué estás trabajando actualmente?

Mi trabajo en Gradiant esta centrado en el desarrollo de tecnologías cuánticas que sean transversales a otras áreas ya consolidadas dentro del centro, como la de Comunicaciones Avanzadas y la de Seguridad y Privacidad. Actualmente estamos trabajando en el desarrollo de sensores cuánticos que mejoren y ofrezcan nuevas prestaciones a la tecnología actual, y que supongan un avance en el campo de las comunicaciones. Por otro lado, también, buscamos aprovechar la naturaleza probabística de los sistemas cuánticos, para aumentar la seguridad de los sistemas criptográficos actuales.

 

¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?

Lo que más me gusta de mi trabajo es que nunca dejo de aprender. Siempre hay un reto nuevo al que enfrentarse, bien desde la teoría, desde el software o desde la parte experimental. Siempre he intentado que mi investigación en el campo de las tecnologías cuánticas fuera lo más aplicada posible, porque a mí me gusta esa aproximación.  Trabajar en un centro tecnológico como Gradiant me permite exactamente eso, trasladar la investigación a la industria atendiendo a las necesidades o problemas reales que demandan las empresas y la sociedad.

 

¿Quién es tu referente femenino en el mundo de la tecnología?

Cuando me metí a Físicas, mis referentes de físicos eran más bien masculinos, Albert Einstein, Stephen Hawking, Richard Feynman…, aunque también estaba Jocelyn Bell, sus teorías y méritos eran de los que más encontraba en textos divulgativos. Hoy en día, las mujeres que más me inspiran por su trabajo a continuar mejorando en el mío son; Birgitta Whaley, Ana María Rey, Lorenza Viola, Paola Cappellaro, Tracy E. Northup, Clarice D. Aiello y Frances Arnold.

 

¿Qué le dirías a l@s tecnólog@s del futuro?

Creo que lo más importante es hacer lo que a uno le haga feliz. Cualquier camino que se elija no va a estar libre de obstáculos y miedos, pero lo importante es seguir siempre hacia delante, no rendirse ante las dificultades, porque las habrá y muchas. Si uno tiene un sueño, hay que trabajar duro por conseguirlo. Valorar los talentos que uno tiene y qué puedo hacer con ellos para lograrlo e intentar no compararse en exceso con el resto.